Bajadita de pantalones … del ciudadano Rajoy

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/08/07/espana/1375867586.html

He buscado la noticia desde el lado español, para contrastarla con ésta que viene del gobierno británico, pero no la he encontrado; puede ser que no haya sabido buscar bien; también puede ocurrir que nuestros gobernantes no consideren relevante comunicarnos sus impresiones sobre la conversación entre los ciudadanos Rajoy y Cameron y por último, bien pudiera ser que todo el mundo está de vacaciones en el gabinete del Gobierno y los becarios anden perdidos.

Mi lectura de esta noticia es que como el ciudadano Cameron está muy preocupado por lo de la frontera con Gibraltar, el ciudadano Rajoy disminuirá los controles para no entorpecer las buenas relaciones. O sea, bajadita de pantalones de nuestro inefable Presidente del Gobierno. Como siga bajándoselos en cada ocasión va a tener unos abdominales de hierro.

Creo que es obligado entre vecinos llevarse bien y resolver puntualmente los conflictos que puedan surgir, más aún cuando los vecinos de Gibraltar están viviendo sobre lo que es territorio español, les guste o no, digan los tratados de Utrecht lo que digan, porque son producto de una guerra y las resoluciones bélicas siempre tienden a ser injustas y frecuentemente son además ilícitas porque se efectúan entre partes totalmente descompensadas, con flagrante abuso de poder.

También está claro que para el Reino Unido la soberanía de Gibraltar es intocable, como reafirma el ciudadano Cameron. ¿Quizá de la misma manera en que lo fue la soberanía de Hong Kong, para poner un referente? Resulta que me he encontrado con tres razones potentes para mantener una «soberanía» sobre un terreno expoliado a su legítimo propietario: el dinero, el dinero y el dinero.

En Hong Kong, el dinero era el del contrario, de China. Pues nada, se entrega Hong Kong y no hay más que hablar.

En las Malvinas (Falklands para los británicos) el dinero era la pesca y hoy es petróleo. Pues a tope con la soberanía.

En Gibraltar, todos lo sabemos, el dinero viene del pirateo y bucanerismo del siglo XXI: paraíso fiscal para infinidad de empresas internacionales. Pues Gibraltar no se toca.

Pero además, aparte del asunto de la soberanía, a la que los españoles tampoco renunciamos, ciudadano Cameron, está la convivencia pacífica y productiva. Y esta vez el ciudadano Picardo, Ministro Principal de Gibraltar, es el que ha atizado el fuego con el lanzamiento de los bloques de hormigón en aguas territoriales españolas, ya que los tratados mencionados, que a pesar de ser injustos e ilícitos se siguen cumpliendo, no otorgan a Gibraltar aguas territoriales en absoluto.

Me sorprende que el ciudadano Rajoy no haya ordenado a nuestra Armada la recuperación del control de nuestras aguas territoriales y la retirada de esos bloques de hormigón, con los que yo construiría un monumento en La Línea a la Soberanía Española.

Tengo buenos amigos en Gibraltar y deseo seguir teniéndolos. El contencioso viene de largo y posiblemente continuará durante generaciones. El Reino Unido se encargó activamente de ocupar el Peñón con ciudadanos británicos de distintas partes del Imperio durante décadas, para de este modo poder justificar un posible referendum de la colonia sobre la soberanía del estado que le daría soporte. Es curioso que ese referendum no se realizara en Hong Kong, pero sí en Las Malvinas, nuevamente con una población enteramente formada por británicos.

De todas formas, el debate de estos días no es por la soberanía, a la que insisto, no renunciamos, sino porque el ciudadano Picardo ha soliviantado las relaciones con España, se ha pasado por la entrepierna los acuerdos alcanzados y le ha apetecido tocarle las guindas al Gobierno español, siendo buen conocedor de las incesantes bajaditas de pantalones ya mencionadas.

Estoy de acuerdo con el PSOE en la crítica al gobierno español, pero no por intransigente sino por pusilánime a la hora de declarar que con nuestras guindas no se juega sin nuestro consentimiento y ahora, a reunirse y a resolver los pleitos diarios con Gibraltar y a llevarse bien todos, que al fin y al cabo somos hermanos y primos, como se tildan las familias reales entre ellas.

Y quiero romper una lanza en favor de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que desempeñan fielmente su trabajo siguiendo las órdenes recibidas, a pesar de las inconveniencias, los ataques, los insultos y seguramente, su propia forma de ver el problema.

 

 

 

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