Hoy estamos asistiendo a una aparente paradoja: la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas, entre el Congreso, con mayoría republicana y el Senado, con mayoría demócrata, ha acabado en el cierre de la Administración Pública de los EE.UU. por falta de fondos.
Todo empezó hace 39 años, cuando entró en vigor una norma que obligaba a ambas cámaras a aprobar 12 resoluciones presupuestarias para financiar al Gobierno federal con fecha límite el 30 de septiembre, último día del año fiscal estadounidense.
Lo cierto es que este requerimiento no se ha cumplido en los últimos 17 años y los más recientes cierres gubernamentales ocurrieron durante el Gobierno de Bill Clinton, a finales de 1995.
En esta ocasión, el debate se centra en torno al enroque de los republicanos en relación con la llamada «Obamacare» o Ley de Cuidado de Salud Asequible, cuyo gasto rechazan de plano. Al tener la mayoría en el Congreso, las propuestas legislativas del mismo sobre el presupuesto de la Administración llevan esta limitación al Senado, que las tumba consistentemente, pero el resultado es una falta de acuerdo en el presupuesto que ha llevado hoy al cierre del Gobierno.
El impacto es serio: este enlace muestra las consecuencias del cierre en las agencias que dependen de la Administración Pública de los EE.UU., incluyendo a los Departamentos, que nosotros llamamos Ministerios: http://edition.cnn.com/interactive/2013/09/politics/government-shutdown-impact/index.html?iid=article_sidebar
Es realmente impresionante. Vale la pena repasar esa lista.
Y los mercados financieros se han puesto a subir, primero los europeos y después los estadounidenses, que aunque ahora recogen velas ligeramente, han subido con bastante ánimo hoy. El Dow, por ejemplo, ha superado los 15.200 puntos. El S&P casi ha tocado los 1.700, resistencia mítica.
El motivo de esta aparente contradicción (malas noticias = subidas bursátiles) es la apreciación por los inversores de que estas complicaciones ( o este desastre según otros) retrasarán la desaparición de las constantes inyecciones de liquidez al sistema financiero por parte de la Reserva Federal. Pan para todos.