Quisiera que los Reyes, como sois Magos, nos trajérais un acuerdo entre partidos estos días que permitiera un Gobierno estable en España durante los próximos cuatro años. Además, quisiera que ese Gobierno fuera sostenido por dos partidos que sin ser perfectos ni gustarme un porrón de cosas que defienden, son los menos propensos a estropearnos la economía justo ahora cuando parece que las cosas no van a ir a peor, aunque no vayan bien precisamente.
Me refiero obviamente a un acuerdo entre PP y PSOE.
Creo que cada uno de estos partidos tiene la obligación moral de mirar por el país por encima de sus particulares compromisos electorales, tanto más cuanto que los programas electorales son una lista cerrada y un votante no puede escoger unos puntos y rechazar otros; o los toma en conjunto o los deja.
Por el lado negativo, estos dos partidos representan los niveles de corrupción que nos repugnan a todos. Hemos llegado a donde nos han puesto las elecciones gracias al desencanto producido por los partidos tradicionales en los ciudadanos. Y para mayor escarnio, ninguno de los dos ha sabido ganarse a los votantes que, cansados de ser abusados, han votado por alternativas como Ciudadanos o Podemos, buscando agua fresca que renueve la política.
Por el positivo, ambos tienen probada experiencia de gobierno regional y nacional y una clara apuesta por el mantenimiento de la unidad de España. Si toman conciencia de la necesidad de una actuación política limpia, transparente y honesta, no contribuirán a la destrucción económica y social de este país, que es lo que realmente pienso que veríamos si Podemos acaba participando en un Gobierno o si se convocan nuevas elecciones y este partido cobra mayor fuerza aún.
Personalmente no me sirven ni el ciudadano Rajoy ni el ciudadano Sánchez; el primero porque está amortizado después del asunto Gürtel, Púnica, tarjetas de Bankia o Bárcenas y el segundo porque no creo en un segundo Bambi cuando el PSOE tiene excelentes profesionales que han mantenido la cabeza por encima del mar de corrupción imperante ahí también, o al menos eso me parece. Pero si deben gobernar, que lo hagan y se redima uno y demuestre lo que tiene el otro. Lo esencial es que no aparezca un Podemos como un elefante derribándolo todo, prometiendo un salario social que no podrá sostener jamás pero que fomenta el «dolce far niente» o subiendo los impuestos a los más favorecidos con lo que conseguirá una fuga de capitales histórica y el rebrote de la obsoleta y dañina lucha de clases en la que el empresario es un depredador de los sufridos trabajadores.
No he mencionado nada sobre Ciudadanos porque aún me asombra el relativo poco éxito que ha tenido en las elecciones después de un prometedor arranque. Quizá haya sido la inexperiencia de su líder el ciudadano Rivera o la muy calculada estrategia del PP de ningunearlos, pero el hecho es que no son decisivos en este momento y no parece que lo vayan a ser en un futuro próximo.
Y por último, me apena el fracaso absoluto y práctica extinción de UPyD, un partido que siempre buscó ser el centro, movido por su gran sentido de transparencia y justicia pero mal liderado, con fugas constantes y trifulcas internas que contribuyeron a este fracaso. Tengo muy buenos amigos que se han dejado la piel en UPyD y ahora sufren esa entrega tan dedicada durante años y me siento mal por ellos, pero la realidad domina la voluntad en ocasiones.
Queridos Reyes Magos, traedme este regalo que serviría para los próximos cuatro años. A cambio, prometo ser bueno esta vez.