Un gran descubrimiento: enmudecer a los políticos en TV


Hace ya tiempo que me empeñé en no ver el telediario para ahorrarme la cuota fija de politiquillos, politicastros y politicones machacándonos todos los días con sus cositas mientras el mundo sigue para el resto de los mortales, pero también me perdía las noticias nacionales e internacionales.

Hoy he encontrado la solución: cuando empiezan a hablar de la basura política, cojo el mando y mando callar a la tele. Sigo observando mientras estos tipejos se tiran los trastos y se acusan unos a otros de ser más capullos todavía, pero yo sólo miro y me fijo en cosas en las que nunca me había detenido antes.

Hoy, por ejemplo, la ciudadana cospedal y la ciudadana Bánez o Fáñez o como se llame iban las dos de azul riguroso, a juego con el decorado del PP, mientras que el ciudadano Rubalcaba vestía una camisa blanca impoluta e inarrugada, cosa que me ha intrigado sobremanera porque las mías, las de grandes alamcenes, se me arrugan en cuanto me las pongo encima.

También he observado a los que estaban a sus costados y detrás, que parecían efigies de cera porque ni respiraban los pobres. Estos detalles nunca los hubiera detectado de no ser por el silencio cuando hablan estos chicos, políticos poooofessionales, que le he impuesto a mi televisor hoy.

Y me encuentro de maravilla, sano y limpio. Lo único, ¿dónde compra las camisas este tío?