Aristóteles en su obra «La Poética», escrita alrededor del año 330 a.C. planteó la tragedia en tres actos y desde entonces esta estructura es la más utilizada en el teatro.
La quiebra de los grandes partidos tradicionales también parece servirse en tres actos.
El primero o exposición ha sido ayer, con el derrumbe en las elecciones europeas. Los rostros compungidos y abesugados de los portavoces de estos partidos eran los propios del que no entiende qué ha podido pasar, pero ha ocurrido. Se ha planteado el drama.
El segundo o nudo comienza hoy con la agonía y desesperación en PP y PSOE, aunque pongan buena cara y busquen levantar un ánimo que viaja al inframundo en este momento. Surgen las tensiones, habrá renuncias y luchas de poder fraticidas, intentos desesperados de mantenerse a flote con alianzas curiosas y analquímicas.
Y el tercero o desenlace, se desarrollará en las elecciones autonómicas y generales y de 2015, cuando PP y PSOE serán probablemente fagocitados por las nuevas formaciones y habrá desbandada en masa de políticos a la búsqueda de nuevos pesebres.
Enhorabuena a Podemos, Coalición por Europa, LPDD, C’s, LPD y Primavera Europea. También a IU y UPyD, cuyo crecimiento a costa de los dos grandes era obvio, pero había que trabajárselo. A estos recienllegados les invito a mantener un espíritu puro, que las ventanas estén siempre abiertas al aire fresco de la calle de la que proceden, para recibir esa brisa de verdad y rectitud que los ciudadanos exigen.
Y hoy me quedo con la expresión del rostro de la ciudadana Valenciano en su rueda de prensa en la que ha comentado los resultados de las elecciones y su declaración de que hay una situación política muy complicada en España. Querida ciudadana Valenciano, ¡muy complicada para los políticos ineptos o corruptos, sería más adecuado decir! El mensaje de la calle es claro, pero la clase política está tan desapegada de la realidad que no les llega lo que todos pensamos y queremos. Y llevamos años quejándonos de la corrupción y de la estulticia de los partidos.
Pero como he dicho al comienzo, quedan dos actos en esta tragicomedia hispana. El libreto, por desgracia para algunos y por suerte para otros, está escrito ya y no admite correcciones.