Cuando uno opera, siempre debe tener preparado un Plan de Trading.
Esto implica lo siguiente:
a) Tener claro cuánto puedo permitirme perder y cuánto quiero ganar, estableciendo unos objetivos que, en el caso de las pérdidas potenciales, son infranqueables.
b) Saber cúando voy a operar y cuándo voy a dejar de operar, fijándome un horario de operativa que sólo puede superarse si alguna posición sigue viva, pero no para abrir nuevas.
c) Conocer qué instrumentos me resultan cómodos para operar y centrarme en ellos, aunque eventualmente pueda ir probando otros mercados.
d) Tener clara la operativa temporal, si me dedicaré a hacer trading rápido, a efectuar una o dos operaciones diarias o a mantener posiciones abiertas varios días o semanas, o una combinación de éstas.
e) Reconocer las pérdidas y analizar sus causas, anotando las observaciones para recordarlas.
f) Retirar fondos cuando llegan las ganancias, porque si no, subiré el ritmo de inversiones y con ello, el riesgo en cada operación.
Hay muchas otras cuestiones a considerar pero éstas son las más básicas.
