Estas palabras son del Ministro Principal de Gibraltar, el ciudadano Fabián Picardo (algunos lo llaman «Pinchardo» pero no sé si es por los bloques de hormigón con pinchos que ha tenido a bien colocar en aguas territoriales españolas o por sus ganas de fastidiar a los españoles, producto de algún trauma infantil, sin duda, reflejado inconscientemente en este comentario).
Yo no sé si el Gobierno español le tiene inquina a este caballerete; yo desde luego, ninguna y además, creo que Gibraltar es un lugar magnífico, es un trocito de Inglaterra en España, la roca es espectacular, hay algún que otro restaurante aceptable (para tomarse unas birritas del tiempo o un plato típico inglés) y la gente es, sencillamente, estupenda. Me gusta visitar esta colonia cuando estoy por la zona y saludar a mis amigos del Peñón. No compro ni tabaco ni alcohol ni constituyo empresas en Gibraltar; simplemente lo disfruto.
Pero me fastidia que el ciudadano Picardo se ponga a chinchar en vez de a dialogar; eso es poco británico y más latino y me sorprende porque se educó, según parece, en Oxford.
Insiste en que no retirará esos bloques pero «concederá» que 59 barcos españoles puedan faenar en aguas españolas próximas a Gibraltar. ¡Me parto de las estupideces que una mente traumatizada puede soltar! Esto, con todos los respetos que se merece la figura de un Ministro Principal de una colonia de la Gran Bretaña en suelo europeo, la única que existe hoy en día.
Opino que Inglaterra tiene un problema con este sujeto, pero ha sido elegido por sus votantes y hay que tragarse el sapito. Ahora el problema es también de España. Espero que el Reino Unido sepa reconducir el asunto para que el histrionismo y actitudes extremistas de este señorito no perjudiquen ni empañen las buenas relaciones de nuestros países. Y declarando que la soberanía no se negocia, como han hecho, no van por buen camino, porque ahora no se cuestiona la soberanía de Gibraltar, que es un tema permanente de reclamación, sino resolver las «gracias» que el ciudadano Picardo comete, o arremete.
Pero sigo pensando que Gibraltar es una cortina de humo que el Gobierno extiende para que pase de largo lo de Bárcenas, que podría costarle un gran disgusto al PP. Habrá que mantenerlo activo aunque no interese, por el bien de todos.