Harvey se fue, Mario ha pasado ya, ahora toca Irma. ¡Qué revuelto está el tiempo!


Buenos Días.
El huracán Harvey asoló Texas y Luisiana hace unos días, interrumpió el procesamiento de crudo en las refinerías de la región y condenó al gobierno federal estadounidense a gastar billones de dólares, (billón anglosajón, equivalente a 100.000 millones) en infraestructura y ayuda inmediata y a las aseguradoras a cubrir costes inmensos también.
El huracán Mario Draghi, más comedido, se paseó ayer por las salas de trading de todo el mundo, pero principalmente por las europeas, sin apenas despertar a los operadores más adormilados y sin casi sobresaltos destacables en los espabilados. Todo va bien, si algo no fuera bien pondremos medidas y ya está. Y el mercado pasó de él por la tarde, aunque ha tenido un efecto posterior en el euro, que se está revalorizando de nuevo, alcanzando ya 1,2086 contra el dólar y buscando esa referencia de 2014 del 1,21.
El huracán Irma está pasando justo al borde superior de la República Dominicana y Haití ahora después de devastar Barbados y Puerto Rico entre otras islas y dicen que es el más potente de la historia. Se encamina a Miami y de ahí pasará, según las predicciones, por toda la península de Florida, por encima de Disney World o Cabo Cañaveral en Florida y seguirá hacia el norte, hacia Atlanta, donde vive mi hija, aunque se supone que más debilitado ya. Y acabo de ver alertas de tsunami en casi todo el Caribe, desde Panamá hasta México.
Estos huracanes dejan secuelas importantes («aftermaths» en inglés) al dañar las infraestructuras y las casas si son fenómenos naturales y porque desestructuran los equilibrios en los mercados, si son fenómenos humanos. En el caso de Draghi cuando habla, o tumba los mercados bursátiles o fortalece al euro y ninguna de las dos situaciones son buenas para Europa si se hacen permanentes. Las bolsas no se han visto deterioradas por sus dulces palabras de ayer pero el euro escala posiciones y nuestras exportaciones se complican, a pesar de que nuestros colegas alemanes se regocijan porque es exactamente lo que estaban buscando que el BCE provocara para frenar su pequeña particular escalada inflacionista. Claro que la derivada de esto es bajada de las bolsas porque sufren las empresas exportadoras y además, un euro fuerte potencia las importaciones y con ello el consumo inmediato de estos productos o servicios, que a su vez dispara la inflación, precisamente lo que se buscaba controlar. ¡La macroeconomía es un fenómeno cuántico, amigos!
En fin, hoy lidiaremos con estos movimientos, con un ojo en el euro y otro repartido entre las bolsas y las materias primas, con el oro un tanto desbocado, limando distancias hacia 1360 dólares la onza y el petróleo recuperando posiciones una vez restauradas las funciones de las refinerías de la costa del Golfo de EEUU. También hay datos interesantes a publicar esta mañana, como las balanzas comerciales de Alemania y Reino Unido o la producción industrial de Francia y el Reino Unido.
Y este fin de semana, atentos a una posible prueba de misiles o nuclear o las dos cosas de ese colgado de dictador de Corea del Norte, que como Draghi, cuando actúa hace caer a las bolsas. Precaución si se dejan posiciones abiertas.
Por lo demás, solo nos queda disfrutar del día de hoy trabajando y del fin de semana descansando (los que no trabajan el sábado o domingo). Y que pasen pronto los huracanes.