Confundes lo que quiero decir con lo que digo


¿No te ha pasado en ocasiones que estás atendiendo una clase o una reunión y no te enteras de prácticamente nada? Y se supone que de esa materia o ese contenido de la reunión sabes algo, pero no hay forma de entender al ponente

Me pasó hace algún tiempo en una reunión de la empresa con el experto en sistemas automáticos de trading (AE – Asesores expertos para la plataforma MT4)

La persona estaba describiendo el funcionamiento de un robot revolucionario (o bot, como se llama ahora, así nos ahorramos una sílaba) y me di cuenta de que lo que decía era de una absurdez absoluta

Básicamente, explicaba que el robot metía órdenes al azar, de posiciones largas y cortas, siguiendo un sistema totalmente aleatorio. Iba mezclando las órdenes según salían. algunas se ejecutaban y otras no. Y entonces el robot cerraba las ejectuadas también aleatoriamente, tuvieran o no ganancias

Le interrumpí para pedirle que lo explicara de nuevo porque no estaba entendiendo su razonamiento, y se molestó. Me respondió que tenía que abrir mi mente para entenderlo, que yo debía ser muy obtuso o clásico en el enfoque del trading

Los compañeros que asistían a la reunión se quedaron con cara de pato. El experto era un reconocido profesional de estos sistemas y se sentía por encima de todos, dados su conocimiento y experiencia

Le repliqué que lo que decía no tenía ningún sentido, es como si le diéramos a comprar o vender, a abrir o cerrar posiciones mirando por la ventana y comprando cuando pasara un coche rojo o vendiendo cuando fuera blanco

Y entonces se dio cuenta de que, efectivamente, estaba divagando, fruto de su ímpetu por enseñarnos sus creaciones o del influjo etílico posterior al almuerzo

Y me respondió: Es que confundes lo que quiero decir con lo que digo

Las carcajadas siguieron resonando en la sala de reuniones durante semanas