Brokers regulados versus brokers piratas


Llevo en el mundo de los CFDs desde hace ya 10 años y he vivido la evolución de las empresas que ofrecen plataformas de trading, desde los primeros tiempos en los que había horquillas (spreads) de 14 puntos para operar en el oro o el petróleo, 8 y 10 puntos para operar en el IBEX, 3 ó 4 para el DAX, 2 ó 3 para el EURUSD. Ahora tenemos 1 punto en el DAX, 4 en el IBEX, 1,4 en el EURUSD o 5 en el oro y algunas personas nos requieren que sean aún más bajas o que simplemente no cobremos horquilla alguna.

Yo suelo contestar lo obvio, que pedirme que no cobre horquilla o que la baje aún más es como exigirle a cualquier otro profesional (un electricista, un abogado, un taxista) que no cobre su tarifa o sus honorarios y que regale sus servicios.

Todo esto viene por ese inframundo de los brokers que los elegantes llaman «tóxicos» y yo califico de «piratas», que ciertamente regalan las horquillas ya que buscan quedarse con el dinero depositado por los incautos que caen en sus redes atraídos por esos costes tan mínimos o inexistentes.

Un broker regulado es una empresa de servicios financieros autorizada y supervisada por el organismo de control del país en el que se establece, como la CNMV en España o la FCA en el reino Unido. Debe cumplir unos estrictos requisitos en su código de conducta con los clientes y presentar estados trimestrales al regulador, además de asumir unos costes relacionados con estas obligaciones que superan varios miles de euros al año.

Por otro lado, un broker pirata es un negociete de servicios financieros que o bien no posee licencia expedida por un regulador o la tiene de un país cuyo regulador es incapaz, por sus medios económicos o materiales, de ejercer esas funciones de supervisión con la rigurosidad y diligencia que otros tienen.

En Europa, un broker regulado en un país puede comercializar sus servicios en cualquier otro de la UE mediante el pasaporte comunitario, de la misma forma que un profesional de otro sector puede ejercer su profesión a lo largo del territorio comunitario, excepto allá donde hay una obligación de colegiarse, que a la postre es un simple requisito administrativo.

Un inversor o un trader puede escoger entre un broker regulado y uno pirata. todos los regulados son serios y algunos de los piratas también lo son, pero muy pocos. Como decía, un broker pirata generalmente buscará que el cliente pierda en sus operaciones de trading y no se cubre en ellas (la cobertura consiste en ejecutar la misma operación o una equivalente a la que el cliente hace, para no correr el riesgo que el cliente asume; de esta manera, cuando la operación obtiene beneficios, el broker paga a su cliente con sus ganancias y si el cliente obtiene pérdidas, el broker cubre las suyas con la pérdida del cliente, ingresando únicamente la horquilla de la operación). Pero además, un pirata no vela por los intereses de sus clientes e intenta que depositen dinero sin cesar, que operen en todo momento y que jamás quieran recuperar sus fondos, llegando incluso a demorar indefinidamente o impedir esas retiradas de dinero.

Por último, si el broker pirata quiebra o desaparece, el dinero del cliente se esfuma también, ya que no está protegido por el Fondo de Garantías del Estado correspondiente o si está regulado en un país cuyos organismos de regulación son débiles, apenas recuperará algo de sus fondos.

Un broker regulado también puede quebrar; lo hemos visto este mismo año con el caso de Alpari UK, pero en esta situación hay mayores garantías de cobro, empezando por el Fondo que cubre estos supuestos y que en este ejemplo, alcanza los 60.000 euros por cliente. No quiere decir esto que un cliente que tuviera depositada una cantidad mayor no pudiera recuperar la totalidad de sus dineros; podrá hacerlo cuando el administrador designado por el juzgado haga balance de los activos de la empresa y obtenga la liquidez necesaria para cubrir sus pasivos.

Aconsejo siempre acudir a un broker regulado, como lo hacemos con un médico colegiado. Es garantía de un servicio de calidad y de protección de los derechos del cliente, aunque el coste sea algo superior al de los otros, precisamente porque ser regulado es bastante más caro que no serlo.

Y siempre, siempre, huir de aquellos que «garantizan» una rentabilidad increíble o un método infalible para convertirse en millonario en menos de un año, ya sean brokers o «expertos o expertas» de los mercados financieros.

Suerte en el trading en 2016, que significa una combinación de fortuna, disciplina, conocimientos, gestión del dinero y especialmente, sentido común.