No me indigna únicamente que nos impidan ejercer el derecho de manifestación y de reunión – hay tantísimo político suelto que es muy fácil prohibir una manifestación porque pasa a menos de 300 metros de la casa de uno de éstos – sino que hayan sido capaces, con toda la caradura que tienen, de aprobar URGENTEMENTE una medida como ésta contra el escrache, cuando han tenido que pasar bastantes suicidios, manifestaciones, meses de reclamaciones y de angustia de muchas familias para plantearse hacer algo con los desahucios y encima muy lateralmente y como costándoles mucho (excepto en la Comunidad Andaluza, ¡enhorabuena a los andaluces!).
La razón: ¿Conocéis a algún político que haya sido o vaya a ser desahuciado?
Me impresiona su cortedad: corren a cubrirse entre ellos pero duermen cuando se trata de proteger a sus votantes. ¡Es increíble!