Hoy tenemos la reunión del BCE y el posible anuncio de bajada de tipos de interés


No es únicamente la posible bajada de los tipos un cuarto de punto hasta el 0,5% lo que se espera de Draghi. Una serie de medidas anti crisis que ayuden a impulsar el crecimiento es lo que completaría las expectativas de inversores, ahorradores y parados.

Porque se busca que el crédito fluya y llegue a los emprendedores y a las PYMES y también se concedan hipotecas a particulares. Es decir, se pretende que los bancos actúen como motores de las economías europeas gracias al combustible del dinero del BCE a tipos mínimos y no se limiten a lo que hacen ahora, tomar prestado al 1% del BCE y prestárselo al Estado al 5%, en un circuito que queda al margen de la gran mayoría de los agentes sociales.

Si Draghi no anuncia algo contundente, los mercados van a sentirse muy desilusionados y ya conocemos qué ocurre después: la gran caída en las cotizaciones en Bolsa, que deriva en nuevas pérdidas de valor para empresas grandes y pequeñas.

La cuestión central es si el BCE es una entidad independiente o está sometida a los dictados de Alemania, recelosa de que un paquete de reactivación económica pueda disparar la inflación. A estas alturas de la partida, lo que menos debería preocupar es que la inflación se disparara porque el verdadero problema, real y sufrido en los países pero inminente en Alemania, es la recesión.

Europa se va al traste si no se promueve una reactivación económica inmediata. Nuestra crisis se globaliza rápidamente y tiene como una de sus consecuencias el contagio de países emergentes, que dejan de comprar productos europeos, agravando la situación. Es interesante que de esto no se hable en Alemania, pero tienen al bárbaro en sus puertas, en el sentido de que el daño se extiende a todos, periféricos y nucleares.

Veremos hoy si Draghi es independiente o priman los intereses, a mi juicio cortos, egoístas y dañinos, de Alemania y sus compadres de fiesta. Francia ya ha dicho que hasta aquí hemos llegado; el Reino Unido dice que esa fiesta no es la suya; Portugal, Grecia, España e Italia están al borde del colapso económico, con una incómoda paradoja: cuanto más se suben los impuestos menos se recauda, porque la presión fiscal constantemente incrementada acaba con el consumo y la generación de riqueza.

Es molesto que los políticos europeos y los nuestros en particular estén tratando el problema con una ceguera similar a la de los técnicos del Barcelona, por usar un símil futbolístico, que sacan a Messi a jugar con una lesión para intentar clasificarse en la Champions y consiguen que ni jugara bien en los partidos anteriores ni pudiera participar ayer, que era cuando más falta hacía.

Estaremos expectantes esta mañana. ¿Ilusión o decepción?