Otra noticia que he procurado digerir antes de comentar, desde que la leí a primera hora de la mañana.
http://www.huffingtonpost.es/2014/06/17/botin-ron-banco-espana_n_5501951.html?utm_hp_ref=spain
El Presidente de la Comisión Europea, ciudadano Barroso, declaró este fin de semana (o al menos fue cuando lo escuché) que el Banco de España ha tenido una responsabilidad directa en la crisis financiera, porque el que «era el mejor banco del mundo» respondía que todo iba perfecto en el mundo financiero español cada vez que era preguntado al respecto por la Comisión Europea.
Rápidamente han salido al quite los presidentes del Santander y del Popular, acusando a las Cajas de Ahorros de ser las responsables de esta miseria, porque el Banco de España tomó medidas innovadoras, como las provisiones anticíclicas, por ejemplo. Y hasta los responsables políticos de los dos grandes partidos han ofrecido su colchón al Banco de España en la comparecencia de su actual gobernador en el Congreso.
Pero si el Banco de España hubiera sido diligente de verdad, hubiera tomado acciones más preventivas aún que esas provisiones y también hubiera evitado la caída total de más de una de esas cajas, interviniéndolas antes y gestionándolas adecuadamente.
Y me molesta especialmente que tengan que venir de fuera a sacarnos los colores, cuando aquí parece que la ropa se lava en casa y no trasciende nada al común. El ciudadano Barroso no destaca precisamente por su imprudencia ni por pronunciar una palabra más alta que otra y si en esta ocasión lo ha hecho, tengamos por seguro que ha habido leña en la Comisión Europea al respecto y él solo transmite la décima parte de lo que piensan allá del Banco de España. Y son colegas todos, al fin y al cabo, pero una faena mla hecha es una miseria aunque provenga del «mejor banco del mundo».
Y ahora a ver si aprendemos de esto en lugar de pasar página lo más rápido posible. Si yo fuera un responsable político o del Banco de España, ya habría organizado una comisión de investigación para replantear las medidas que la institución tiene y debe tener para ejecutar eficaz y correctamente sus funciones de control y supervisión del mercado bancario en España (antes de su anunciada defunción en unos años, fagocitada por el supuesto Banco Central Europeo omnípodo que solo existe en proyecto).