No sabía que Donald J. Trump, 47º Presidente de los Estados Unidos de América, jugaba al mus.
A lo mejor él tampoco lo sabe, pero la jugada de los aranceles es una de las clásicas del mus.
Implica el final del juego, aunque no de la partida.
Pero su aparición supone paralizar la jugada y mostrar las cartas, si el oponente acepta el reto.
El que gane, obtiene ese juego. Y la partida continúa, si no termina con ese juego.
Con los aranceles hemos visto sus declaraciones previas sobre la intención de subir los aranceles de productos importados para compensar los déficits comerciales de EE.UU. con otros países, … con muchos países.
Después, el ensayo con México y Canadá, a cuenta de detener el tráfico de fentanilo por las fronteras con ambos países.
México respondió gruñendo un poco, pero aceptó emprender acciones contra los narcos, para contentar al Sr. Trump.
Canadá decidió aplicar las reglas del mus, y aceptar el envite. Incluso planteó el «envido más».
Después, Donald Trump anunció el disparo de aranceles a un amplio abanico de países, calculando los porcentajes a aplicar basándose en una sencilla fórmula, básicamente el tamaño del déficit comercial de su país con cada uno de los otros.
Y ahora las bolsas se están pegando un batacazo de hipo, histórico más bien. La de China, el índice Hang Seng, ha cerrado con una caída del 13,22%. A la hora de redactar este post, varias bolsas europeas están bajando más de un 6%, entre ellas, el DAX de Alemania.
Pero no sólo las bolsas, las criptos van en caída libre, siendo un activo de riesgo. Incluso el oro, que se suele considerar un valor seguro, y que lleva una subida acumulada en lo que llevamos del año de más de un 15%, está neutro en estos matutinos momentos.
¿Qué va a pasar?
Algunas opiniones plantean que el Sr. Trump hará unas declaraciones de «re-enfoque» más tarde.
Dirá que, ante las múltiples peticiones de muchos países pidiendo disculpas por abusar de EE.UU. todas estás décadas, ha decidido ser indulgente y atender sus súplicas, paralizando la aplicación de los aranceles, que debían entrar en acción en unos días.
Otros piensan que envidará más aún, o lanzará un órdago a la grande, o a la chica, o a pares o al juego.
Lo bueno que tiene escribir sobre esto antes de que ocurra algo, es que mantiene la tensión. Para los apasionados de la observación de los mercados, esto es alucinante.
