Jeremy Clarkson es el tipo grande de los que presentaban Top Gear, el programa en el que probaban coches de todo tipo y hacían el salvaje en ellos. Es periodista y actualmente escribe en el Sunday Times, aparte de escribir libros y publicaciones para otros medios.
Uno de mis compañeros de un banco de inversión de Londres me comentó hace tiempo que Clarkson quiso quitarle hierro al robo de 25 millones de datos personales en el Reino Unido en 2008. Su forma de hacerlo fue publicar su cuenta corriente, indicando que en todo caso le enviarían dinero a ella pero no sacarlo. Poco después un avispado hacker hizo una transferencia de 500 libras desde esa cuenta corriente a una ONG llamada Diabetes UK, para demostarle que casi todo es posible ya.
Y Clarkson, que no tiene un pelo de tonto, se aplicó la frase del título de este post.