Buenos días, esta frase turca se aplica a la persona que está muy excitada por un acontecimiento o una sorpresa acaecidos. En nuestro caso, con todo lo que está lloviendo estos días (literal y metafóricamente), los mercados están haciendo que suenen muchas campanillas de alegría en los dobladillos de las camisas de los inversores y especuladores.
Para empezar, tenemos el mar de fondo: chinos y estadounidenses se han declarado amigos comerciales, se reducen los aranceles en muchos productos y China cambia sus reglas para integrarse en la comunidad internacional de naciones que no copian patentes registradas ni bloquean a los extranjeros la participación en empresas privadas del país. Esto con palillos porque hay sectores definidos como estratégicos en los que no entra ni un alfiler extrabjero, pero bueno.
Además, el escenario del Brexit se aclara después de las elecciones británicas celebradas la semana pasada. Boris Johnson obtiene capacidad de movimiento y sigue adelante el proceso de montaje normativo para una nueva etapa al margen de la UE, ya sin bloqueos y luchas de poder con el Parlamento. Le crece algún enano, como el resurgimiento de la lucha por un referendum de independencia en Escocia, pero puede lidiarlo relativamente bien por ahora. Y aunque el Brexit, en mi opinión, va a estirar los bolsillos de los británicos y de muchos de los que no lo somos hasta su punto de desgarro, al menos ya no hay dudas sobre si se hace o no. Se hace. Ah, y el escogido para sustituir a Carney como gobernador del Banco de Inglaterra es Andrew Bailey, que es el actual Director de la FCA, la autoridad reguladora de los mercados financieros, similar a nuestra CNMV pero con muchos más recursos y capacidades. Excelente profesional, con décadas de servicio a la comunidad financiera y extensos conocimientos del sector.
La economía europea arroja cifras contradictorias, pero en su conjunto la sensación es que seguimos caminando, con Alemania marcando el paso y Francia queriendo seguirlo. Y los demás, que sigan ese camino como puedan, incluyendo a España. Ahora que las instituciones europeas están listas, la ruta pasa por resolver los problemas que el Brexit va a generar, preparar un par de fusiones bancarias interesantes y controlar que ningún miembro exceda su techo de gasto público o lo compense con subidas de impuestos. Al fin y al cabo los sueldos (y las pensiones cuando se retiran) de los centenares de miles políticos locales y comunitarios hay que pagarlos con el dinero de los demás, o sea, los paganos de turno.
Al otro lado del Atlántico las cosas son de otra manera. Trump está eufórico porque se habla de él más que nunca, aunque sea él mismo el que lo hace con sus tuits y sus apariciones estelares en actos públicos en los que manda a Nancy Pelosi y al conjunto de los demócratas a pastar buena hierba americana. Lo del «impeachment» se la trae al pairo porque sabe que no pasará del Senado, la economía va viento en popa y las velas de la economía están totalmente desplegadas. Sí, hay un incordio, una chinita en el zapato de 2.000 dólares que lleva, que se llama Jerry Powell y es el gobernador de la Reserva Federal que él mismo designó, pero en fin, esto pasa hasta en las mejores familias. Lo importante es que con un desempleo del 3,6% (o sea, los que no quieren trabajar) que ya lo quiséramos nosotros aunque fuera el doble, una economía que crece con firmeza (aunque algún dato se cuele en plan feo de vez en cuando) y unas bolsas en máximos históricos, la cosa va muy bien.
Por eso ayer el S&P 500 subió un 0,45% colocando un cierre por primera vez en su historia por encima de los 3.200 puntos. El Dow subió, retrocedió algo y terminó cerrando con una subida del 0,5%. Y el Nasdaq subió un 0,71% (el Nasdaq 100, no el Compuesto). Si aplicamos un popular indicador a los índices, el RSI, está por encima de 70, lo que a los analistas técnicos les marca señal de sobre compra y posibilidad de un pullback (corrección). Pero esa técnica tampoco es una ciencia, por lo que no siempre predice el comportamiento futuro del mercado como lo hacía mi amigo José Luis Moreno con el tiempo del fin de semana en nuestras tertulias en Barra 56.
El dato feo que comentaba más arriba es el de las ventas de viviendas existentes (de segunda mano, para entendernos), que salió peor que en octubre. Pero el problema viene en parte de los altos precios que se piden, no de la falta de interes por los compradores.
Hoy viernes es la «triple hora bruja» porque coinciden los vencimientos trimestrales de los contratos en opciones y futuros de los índices y las acciones, así que se prevé una gran liquidez, muy superior a la de otros viernes y a la que estas fechas suelen ofrecer. Buen día para un buen trading.
Y para terminar, os recuerdo que nos dedicamos al coaching individual y en grupo sobre el trading y que el nuevo Curso de Trading Financiero de la UNED que llevamos impartiendo ya 8 años empieza el 21 de enero y la matrícula está abierta. El enlace para saber más es éste https://preview.mailerlite.com/r0m2a2 y siempre podéis llamarme al +34670611470