No quería que mi primer post del año en el blog fuera sobre nuestros amados políticos pero, cuando estaba redactando un contenido relacionado con los mercados financieros y el trading, ha llegado a mi conocimiento el dato de que nuestros diputados conservan la subvención de un millón de euros anuales para la cafetería del Congreso a pesar de las protestas sociales al respecto y me ha hecho derivarme a él.
Mi buen amigo JGM dice que les da igual a sus señorías lo que pensemos y tiene razón. Les da igual lo que pensemos porque ya están apoltronados y mamando de la teta comunal y si en las próximas elecciones se quedan fuera a pesar del sistema de lista cerrada que tenemos, tienen asegurada la colocación en una gran empresa privada o en algún rincón de la pública que les permita vivir sin trabajar, como han hecho siempre.
Honestamente pienso que nuestra democracia está corrompida de raíz y que nuestros queridos políticos son incapaces de reformar las estructuras porque gran parte de ellos viven de esta corrupción o son incapaces de hacer nada práctico en la vida. Y los pocos capaces y honestos no tienen posibilidad de cambiar nada porque el monstruo es enorme.
Tenemos que subir nuestro nivel de exigencia de ética y honestidad política. Hay que hacer una renovación muy seria, cambiando a toda la clase política, para que salgan nuevos cuadros que tengan los valores que pedimos todos. Debemos descubrir a estas promesas y darles facilidades para que puedan ejercer el poder que delegamos en ellos. Lo grave es que los partidos tradicionales son los únicos cauces y cuando la cúpula y una importante parte de la base está contaminada, el oxígeno no llega nunca.
A ver si podemos transformar nuestro tejido democrático sosegadamente pero sin desánimo, expulsando de las instituciones políticas a ese rebaño de chupones cuyo interés personal es su única guía en su representación de la ciudadanía. Habrá que promover regulaciones estrictas sobre sus derechos y privilegios, sobre su regreso a la vida profesional después del mandato público, sobre sus injerencias en la justicia para tapar asuntillos incómodos.
Desearía sentirme orgulloso de nuestros políticos. Algunos explican que son una representación directa de la sociedad de la que provienen, con sus males y limitaciones, pero yo quiero unos políticos dignos, bien formados y con una ética a prueba de fuego y creo que esta demanda es factible, aunque sean una minoría respecto del tejido social. Deberían ser los mejores de entre nosotros, no un calco de la sociedad. Y desearía que España fuera un referente de limpieza, de claridad, ocupando la cabecera en la lista de países con menor corrupción.
Me pierdo cuando busco un político honrado. Hay tanta basura alrededor que no veo lo que está limpio, que seguro que existe, aunque estará muy escondido en el vertedero político.
Lanzo la pregunta: ¿qué se puede hacer?

Lo que se puede hacer es concentrar los esfuerzos en cambiar la ley electoral y adoptar las circunscripciones uninominales como en Francia, Alemania, Reino Unido, EEUU, Australia, Japón,….etc.,para que cada ciudadano tenga su representante concreto y pueda participar a través de él. Mejor explicado en el siguiente enlace: http://www.contraideas.com/2013/04/la-ley-electoral-es-la-piedra-angular-de-la-democracia/