Alquilo occidental para hacer negocios; mejor si es rubio y no habla chino

Hoy sale una divertida noticia en El Confidencial: http://bit.ly/17WPfWB

En China se alquilan occidentales para dar imagen de internacionalización en las empresas. Se usan – calladitos – para las reuniones con otras empresas, para motivar a los vendedores en los stands de las ferias e incluso para posar detrás de las ventanas y aparentar así que la empresa es global.

Se me ha ocurrido que aquí podría ser interesante alquilar políticos. Podrían usarse para dar imagen – ya se hace cuando hay que inaugurar un foro o una exposición o presentar un libro – pero a un restaurante podría venirle de maravilla tener a un político reconocido sentado en la mesa de la ventana, haciendo que come o comiendo de verdad, da igual. También sería muy práctico tenerlo en una tienda, entrando y saliendo de ella y expresando su admiración por los productos servidos en la misma, cuando haya otras personas alrededor. O recibirle en la empresa, delante de todos los compañeros y superiores, pretendiendo que ha venido a visitarte porque es amigo tuyo.

La gran ventaja de alquilar a un político es precisamente eso, que una mayoría de ellos son alquilables. Su tiempo y su presencia están en venta, porque también les interesa dejarse ver lo más posible. Además, aunque no es una «profesión» que se precie por su integridad moral en estos días, sigue siendo atractiva la presencia de un político en un acto, da caché al que lo promueve y le acompaña, al margen de su ágil tendencia a la corruptibilidad. De hecho es precisamente esa asimilación con la corrupción la que permite que cualquiera piense que puede, en algún momento, acercarse a él y lograr que le caiga un pequeño negocio, una cosilla de nada, que complemente los ingresos habituales.

Estos chinos lo inventan todo, como los japoneses de la posguerra, y seguro que ellos también usan a sus políticos para estos menesteres, pero como no hablamos chino, no nos hemos enterado. En cualquier caso, aquí queda.