Las garantías en los CFDs

Imagen ETX

Los CFDs permiten operar en los mercados financieros con una mínima parte del capital necesario, ya que en realidad la operativa es por diferencias, es decir, uno compra o vende un activo que replica a uno de los miles de instrumentos de los mercados financieros y lo que obtiene es la ganancia o pérdida resultado de la diferencia entre su precio de entrada y el de salida de la operación.

Como la operativa se realiza directamente con el broker especializado en CFDs a través de su plataforma, éste solo pide un «margen inicial», una garantía o fianza para que el inversor opere en un determinado instrumento, generalmente en torno al 1% del valor del subyacente.

Por ejemplo, para operar con un CFD del IBEX, cuyo valor en bolsa es de 8.400 puntos, se necesitará depositar una fianza de 84 euros (el 1% de 8.400) y uno podrá «ponerse largo» (comprar esperando una subida) o «ponerse corto» (vender esperando una bajada) con ese CFD, asumiendo la diferencia neta entre el precio de entrada y el de salida.

Asumamos en este mismo ejemplo que el IBEX sube 60 puntos. El inversor que se haya puesto corto esperando una bajada y quiera cerrar la operación (o se cierre porque le salte la stop que puso como precaución) perderá 60 euros, recibiendo además la garantía depositada inicialmente. Y el que haya entrado comprando ese CFD habrá obtenido un rendimiento de 60 euros, correspondiente a los 60 puntos que el IBEX se ha movido a su favor mientras tenía la posición abierta con el CFD.

Las garantías son el resultado del apalancamiento que los CFDs y las Inversiones por Diferencias comparten con otros derivados financieros como los futuros y constituyen un arma muy potente aunque peligrosa para obtener ganancias importantes en las inversiones en este tipo de instrumentos financieros.

Como se ve en el ejemplo anterior, colocando una garantía de 84 euros podemos ganar o perder 60 euros rápidamente, ya que un movimiento de 60 puntos del IBEX es habitual verlo casi todos los días durante la jornada de mercado. Esto representa más de un 70% de la garantía colocada. Es como si obtuviera un rendimiento de más del 70% de mi capital invertido, en apenas un día (si gano, porque si pierdo, la pérdida representaría el 71% de capital invertido.)

El peligro se concentra en que olvidamos que estamos haciendo una inversión 100 veces superior al capital que ponemos como garantía. Es la otra cara de esa potencia que las Inversiones por Diferencias y los CFDS ofrecen a los inversores, que con poco capital pueden obtener rendimientos muy interesantes y rápidos, si consiguen sintonizar con los movimientos de los mercados en los que operan.

Por este motivo, todos los que comercializamos CFDs y estamos regulados tenemos la obligación de indicar claramente que existe un riesgo importante en esta modalidad de operativa financiera y debemos hablar de ello con cada cliente que esté interesado en ella.

Y por esta misma razón es esencial acudir a un broker regulado para operar en CFDs o en Inversiones por Diferencias, porque son los únicos que ofrecen un marco claro y estándar de actuación, supervisado por el regulador financiero, que aporte seguridad al inversor en sus operaciones financieras.

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