Tasa al aire acondicionado desde el verano

El ciudadano Montoro se ha despachado con una nueva serie de impuestos. Los lógicos, los del alcohol y el tabaco y los peregrinos, pero a todos los llama «sobre productos que generan externalidades negativas.» ¡Este ciudadano Montoro ya parece argentino en sus expresiones!

Pero asiendo el cabo que arroja, externalidades negativas producen los coches o carros, las industrias o ingenios, la cocina elaborada, los aeropuertos, los puertos marítimos, las coles de Bruselas, los libros en papel, los residuos de las viviendas, el consumo de electricidad, los implantes dentales, los berberechos, los globos aerostáticos, la iluminación de las autovías, los caramelos de fresa, los lápices de colores, los radares de la Guardia Civil, los rayos del sol. los zurdos y muy especialmente, los políticos ineptos o corruptos e incluso más aún aquellos que acumulan ambas «cualidades», que no son pocos.

Ya dije hace unos meses que este ciudadano iba a acabar metiéndonos un impuesto por pasear y otro por respirar. De momento ya le ha metido mano al respirar aire fresco, disfrazándolo de «impuesto ecológico», sí, como si al impuesto sobre hidrocarburos también lo denominara «ecológico» y se quedara tan fresco tomándose un gin tonic subvencionado de los del Congreso Ecológico de los Diputados,

A este tipo lo dejan solo y se autoimpone tantas cargas fiscales que muere de asfixia en diez minutos.

En serio, ¿alguien puede intentar explicarle al ciudadano Montoro que cuantos más impuestos peregrinos, absurdos y con disfraz de ecológicos, europeístas, distributivos o como quiera llamarlos nos imponga, menos va a acabar recaudando, porque estrangula el consumo al máximo?