Llevo muchos años defendiendo que la materia de Lengua, tal como se enseña en nuestros colegios, es innecesaria y además, ocupa el espacio vital de otras materias mucho más prácticas.
Me recuerda al Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y Cuatrivium (Aritmética, Geometría, Astrología y Música) de la Edad Media.
Con el transcurso de los años, sus contenidos han ido cambiando, pero sigue estando ahí, como un faro a lo absurdo.
Cuando yo estaba en el colegio, teníamos que estudiar la sintaxis, saber identificar el sustantivo, el complemento directo, indirecto y circunstancial, el verbo, los pronombres y adjetivos, las conjunciones y preposiciones, tiempos verbales (¿recordáis qué es el futuro pluscuamperfecto?
De hecho, aún recuerdo de memoria (como era gran parte de la educación entonces) la tira de conjunciones: más pero empero sino sin embargo, no obstante, aunque, al contrario. Y las preposiciones: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, hacia ,hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras, algunas de las cuales ya están obsoletas después de cuarenta años de evolución del idioma.
Sigo preguntándome para qué servía aprenderse de memoria tanta palabrita, morfema o fonema y la estructura morfológica de una frase.
Tengo tres argumentos a favor de mi tesis de la inutilidad de esta materia en el bachillerato (el mío, luego fue la EGB y luego la ESO)
1) No nos enseñaban a conocer el idioma, su interés era que aprendiéramos su estructura. Hasta los 15 años yo no tuve un profesor que nos animara a escribir; solo nos exigían que nos aprendiéramos lo que «enseñaban». (Habiendo dicho esto, tengo que rectificar: desde los seis hasta los ocho años estuve con monjas irlandesas en los jesuitas de Madrid, el Pinar de Chamartín, y ellas sí nos animaban a escribir y presentar en público nuestras redacciones.
2) En países que parecen más avanzados que el nuestro – EEUU o Inglaterra – no se estudia la Gramática en el colegio – es una asignatura de carrera para los que toman Letras, pero no algo exigible en el colegio. Allí se centran en enseñar a leer y comprender y luego redactar bien. Y parece que hay buenos escritores anglosajones, ¿no?
3) La mayoría de los que estudiamos nuestra Lengua Española nunca supimos encajar esos conocimientos en nuestras expresiones escritas o verbales – era algo ajeno a nuestra vida presente y futura – como lo era la FEN (Formación del Espíritu Nacional).
Por supuesto, me refiero a la parte de la Lengua Española que se centraba en la sintaxis y la morfología. Tuvimos también cursos espectaculares sobre la Historia de la Lengua Española en los que nos despertaron la pasión por los clásicos y los modernos autores y por la lectura.
¿Qué opináis?