El domingo por la tarde y las dos caras del estrés

Ignoro si en español tendremos una equivalencia a lo que en inglés se llama «stress» y que venimos utilizando como «estrés», (podríamos llamarlo «reacción fisiológica derivada de pensamientos de frustración, ansiedad o violencia» y seguir concretando las causas del mismo) pero desde luego no encuentro un equivalente a la dicotomía tan limpia que el idioma inglés ofrece para el estrés bueno y el malo.

El estrés bueno en inglés es «eustress» (de «eu», bueno en griego, como «eufonía» o «eucaristía» o «evangelio» o «Eugenia»»)

El estrés malo en inglés es «distress«, que en español suele traducirse como «aflición, angustia, peligro, sufrimiento. Es precisamente el origen del vocablo «stress» tomado del francés y éste del latín «distringere», que significaba «separar haciendo fuerza en varios puntos a la vez».

Hay personas a las que el domingo por la tarde les causa «distress» porque es un sufrimiento previo a tener una semana laboral inminente.

En mi caso, es un auténtico «eustress» porque disfruto preparando la semana pero sin la presión del momento particular del trabajo. Me permite analizar las tareas a desarrollar en los próximos días con perspectiva, a analizar el funcionamiento del negocio con calma y a idear acciones que permitirán, si funcionan bien, aliviar el trabajo mecánico del equipo y potenciar la satisfacción del cliente. También es el gran momento del intercambio de opiniones familiar, del estar juntos un rato en paz, antes de la rutina de trabajo-estudio de la semana que entra en unas horas.

Lástima que ya esté concluyendo la tarde dominical, pero por este motivo de placer armónico. El consuelo es que suelo sacarle satisfacción a casi todo lo que hago o lo que tengo por delante, incluyendo particularmente mi trabajo, que me apasiona.

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