Defendamos a los políticos honrados

Estamos tan hartos de la corrupción entre nuestros políticos que el último escándalo, el del ex-Tesorero del Partido Popular, no provoca ya más que un leve arqueo de cejas y un nuevo  gesto de tensión en la comisura de los labios.

Saldrán más escándalos después de éste, aquí no se libra ni el Tato, todos son un simple pedazo de excremento, es la opinión generalizada.

Pero hoy quiero reivindicar al político honrado, el que o la que está en política para activar un cambio a mejor en nuestra sociedad, no para aprovecharse de ella. Esa persona que tiene unos ideales y cree que lo mejor que puede hacer es trabajar en el terreno político para conseguir que la gente viva mejor, que haya justicia, que haya equidad y que todos vivamos en libertad pero con respeto a los demás.

No sé quiénes son, ni cuántos son, ni dónde están pero sí sé que existen, entre tanto excremento social con carnet de diputado o de alcalde o de ex-tesorero. Y quiero romper una lanza a favor de ellos precisamente en estos momentos en los que su profesión es sinónimo de canalla en las tres acepciones que registra la Real Academia de la Lengua.

Estoy convencido de que están ahí, trabajando en silencio, sufriendo con nosotros ante tanta miseria ética e incompetencia profesional entre sus colegas, pero luchando por cambiar las cosas.

Más vale que así sea porque si no, estamos perdidos.

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