2013, el año de los CFDs

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No lo digo porque me lo invente; 2012 ya ha sido un excelente año para los mercados de derivados y abre el camino para el 2013.

Los derivados (futuros, opciones, warrants, CFDs, swaps de divisas, forwards) se crearon hace ya décadas para dotar de una mayor flexibilidad a los inversores profesionales y a las empresas en sus necesidades de financiación y de gestión del riesgo financiero. Hoy en día, estos productos se han puesto también en manos del público no profesional, de inversores privados y de especuladores individuales que buscan desde cubrir las posiciones que tienen en los mercados bursátiles en momentos de caída de cotizaciones a ganancias rápidas con un capital limitado.

Una de las principales características de la mayoría de los derivados financieros es su APALANCAMIENTO. No es necesario disponer del capital total de la inversión; sólo se requiere una parte del mismo. En el caso de los CFDs, esta parte es generalmente del 10% como mucho y frecuentemente no alcanza ni siquiera el 1%.

El efecto de este apalancamiento es tremendo. Si invierto 1.000 euros en CFDs sobre Telefónica sólo tengo que poner 100 euros pero ganaré o perderé lo mismo que si hubiera comprado las acciones reales con 1.000 euros. (En los CFDs uno no compra el valor, la acción o el índice sino que opera por diferencias entre el precio de entrada y salida.) Si Telefónica sube un 1%, ganaré 10 euros, lo que respecto del capital colocado representa un 10% (10 euros sobre 100 euros que tuve que poner como garantía.) Y si Telefónica baja un 1%, perderé 10 euros si cierro la posición, pero eso equivale al 10% de mi garantía.

Además, los CFDs en concreto, como también muchos de los otros derivados, permiten ponerse CORTO, es decir, vender ahora para comprar después y así aprovechar una caída del mercado en mi beneficio. Es verdad que hoy por hoy esto no puede hacerse en el mercado español por obra y arte de la CNMV excepto si tenemos comprado previamente el valor, pero sí en el resto de los mercados bursátiles y no bursátiles. Es una herramienta muy válida para beneficiarse de las cáidas de los valores pero también para cubrir posiciones largas en el mercado real ya que lo que perdemos en él cuando la acción cae lo ganamos con el CFD.

Estas dos potentes características, la posibilidad de operar con un capital limitado pero con la potencia de una inversión mucho mayor y el poder ponerse corto para sacar rendimiento de las bajadas o para anular las pérdidas potenciales en el mercado subyacente, han hecho que los derivados en general y de los CFDs en concreto hayan experimentado un auge espectacular durante 2012.

Los dos mejores escenarios para un inversor activo son una tendencia clara y constante (alcista o bajista) o una gran volatilidad, porque en ambos contextos puede obtener resultados satisfactorios de su operativa. Obviamente, la tendencia clara y constante es una mina de oro a cielo descubierto porque uno sólo tiene que seguir la tendencia, colocar stops dinámicas (aquellas que van siguiendo automáticamente al mercado poniendo sobre la mesa ganancias latentes cada vez mayores) o dejar la posición abierta hsta que alcance el nivel de ganancia deseado. Pero no suele ser habitual y es muy difícil prever su movimiento futuro. La gran volatilidad generalmente hace que el valor se mueva entre un suelo y un techo (un soporte y una resistencia) y permite aprovechar tanto las subidas como las bajadas entre estos dos niveles, hasta que se sale de ellos. Una stop es siempre no sólo recomendable sino imprescindible para que cuando esto ocurra el daño esté controlado. Y 2013 anticipa tendencias y volatilidades, precisamente.

El tercer ingrediente que hace que estemos en el GRAN MOMENTO de los CFDs en 2013 es que existen un montón de plataformas que permiten a cualquier persona con una mínima formación sobre los mercados (formación que damos gratuitamente) poder operar desde casa, desde su propio ordenador, en CFDs sobre cualquier mercado financiero, desde valores de la bolsa española ode las bolsas europeas y estadounidenses, pasando por índices bursátiles, divisas, materias primas, tipos de interés, la prima de riesgo española (en un único caso de plataforma en España) o las diferencias entre índices (el IBEX y el Dow, el FTSE y el DAX, etc.) Estas empresas que comercializan estos servicios deben estar reguladas en el ámbito europeo y deben constar en los registros de la CNMV.

Algunas exigen un capital mínimo para abrir la cuenta (unos 3.000 euros algunas de ellas) pero otras no tienen requisito de capital mínimo, uno puede empezar a operar con apenas 100 o 200 euros (eso sí, limitadamente, pero eso es bueno cuando uno empieza porque el riesgo también se limita) y luego subir el capital disponible cuando domine el uso de la plataforma.

Por último, es muy importante conocer primero y saber gestionar después, el riesgo inherente a estas operaciones financieras. Como dije al principio, un movimiento de un 1% en la bolsa también lo es en la operativa con CFDs, pero impacta en un 10% de la garantía prestada en el caso de CFDs sobre acciones y en un 100% en CFDs sobre índices europeos o estadounidenses, por ejemplo. Técnicamente, uno puede llegar a perder incluso más dinero que el que deposita para operar, porque si el mercado tiene un movimiento muy brusco o cierra antes de poder cerrar una posición que no tiene fijada una stop garantizada, una liquidez escasa haría que la posición se cerrara al precio de apertura del día siguiente o al próximo precio operativo del valor y puede desencadenar una pérdida sustancialmente mayor de la esperada, incluso superando el depósito existente.

En resumen, la operativa con CFDs es muy atractiva, se ha puesto de moda y va a ser el gran referente en 2013, pero no es una operativa para todo tipo de inversores o especuladores en los mercados financieros porque se pierde fácilmente la perspectiva de que con un euro estoy realmente invirtiendo entre 10 y 100 euros y el efecto del movimiento de los mercados es sobre esos 10 o 100 euros que no he puesto pero si estoy arriesgando.

A mí me parece una fascinante manera de invertir en los mercados financieros, cómoda y sencilla y abre para muchos inversores otra forma de operar, bien entrando corto o bien operando sobre instrumentos que hasta ahora uno sentía ajenos o demasiado remotos: el oro, eurodólar, petróleo, acciones de las bolsas de EE.UU, la prima de riesgo española,…

Y conmigo hay muchos inversores que harán del 2013 el año de los CFDs.

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