Londres tiene la costumbre de pretender por la vía de hechos consumados lo que la ley no le permite y en este caso, la ley es la serie de tratados firmados con la Corona de España entre 1712 y 1715 como consecuencia de la Guerra de Sucesión española y específicamente el de julio de 1713 por el que la Corona de España cedía a perpetuidad la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas a la Corona de la Gran Bretaña. Ya lo mencioné en un post anterior.
En este caso, se incomodan porque la Armada española navega por aguas españolas próximas al Peñón.
Mientras tanto, el contrabando de tabaco y otros artículos fluye libremente por el Peñón, la venta – en aguas territoriales españolas – de combustible libre de impuestos llena las arcas del Gobierno de Gibraltar y sus abogados se forran creando y gestionando empresas opacas para evitar el pago de impuestos en origen.
Este caladero de piratas del siglo XXI se molesta porque la Marina española navega junto a la costa, que ni siquiera es suya, como tampoco lo es el terreno en el que se asienta el hoy aeropuerto de Gibraltar o los terrenos ganados al mar – aguas territoriales españolas – para extender las nuevas urbanizaciones de la colonia.
Tengo buenos amigos en el Peñón, españoles que trabajan allí, ingleses que viven allí e incluso llanitos (naturales de Gibraltar) con los que, como no podemos arreglar el entuerto entre nosotros, hablo de todo lo demás menos de esto. Suelo ser discreto en mis opiniones sobre Gibraltar por este motivo, porque una cuestión así no debe romper una buena amistad, pero es que me parto de risa cuando leo un titular como el de hoy.
No le va a quedar más opción a Londres que lanzar un ultimatum a España y luego o invadirnos y conquistar Madrid para «britanizarnos» o meternos un pepino nuclear para que dejemos tranquilas las «aguas territoriales británicas» de Gibraltar.
O ganar con alguno de sus equipos al Barcelona y al Real Madrid para mantener bien arriba el orgullo nacional mientras nuestros barcos se pasean por donde tienen derecho.
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