S&P rebaja el rating de España a BBB-, un nivel anterior al bono basura

Entre varias justificaciones económicas (agravamiento de la crisis, aumento del desempleo y las restricciones económicas) aparecen también «las dudas sobre la determinación de los gobiernos de la zona euro a mutualizar los costes de la recapitalización de los bancos españoles en apuros» y «la falta de dirección clara en la política de la zona euro.»

Dos observaciones:

a) Supongo que todos coincidimos en este último punto, que nos empuja a pensar que la Unión Europea es solo geográfica y no de intereses y que el estigma que tienen los políticos españoles en estos días se puede extender a los europeos, al menos en lo referente a no ver más allá de sus propios intereses personales o partidistas (o nacionales) y en su inhabilidad para montar un programa consolidado de salida de la crisis.

b) Habiendo dicho esto, me río de S&P y de su profesionalidad si esta noticia es cierta. Me desternillo, me desencuaderno, me desencajo a carcajadas tanto que me cuesta escribir mientras me bate la mandíbula y despierto a mis vecinos con los golpes de risa. Cuando empecé a trabajar al acabar ICADE, mi primera tarea fue analizar desde el prisma financiero a varias empresas relevante españolas para que el banco (Citibank) tuviera elementos para valorar abrirles o extenderles líneas de crédito existentes. El informe se resumía calificando a la empresa, a la que otorgábamos un rating» parecido al que hoy aplica S&P a diestro y siniestro desde las grandes corporaciones hasta los Estados e incluso las Comunidades Autónomas y en breve, a Ayuntamientos y Comunidades de Propietarios, supongo. Si yo hubiera dicho por ejemplo, que Sevillana de Electricidad (era una de las primeras que analicé) tenía un rating de B porque me parecía cara la factura de la luz que me cobraban o porque tenía mis dudas sobre la actitud de su Director General y el proceso de toma de decisiones en el Consejo de Administración, no hubiera salido por la puerta del banco en ese momento; directamente por una ventana, abierta o cerrada.

Las dudas sobre aspectos extra-económicos no forman parte de un análisis financiero. Son criterios subjetivos, cuya interpretación varía según la persona que las emite o las identifica.

Es como si yo descalificara a S&P por no anticipar la crisis cuando otorgaba la máxima calificación a instituciones financieras hoy desaparecidas o en quiebra, apenas días antes de estos sucesos. No me atrevería a decir algo como esto: Declaro a S&P incapacitada para calificar (rating equivalente al bono basura pero en su sector) porque me asaltan serias dudas sobre su capacidad de hacerlo profesionalmente y con objetividad, a la vista de sus fracasos pasados.

Bueno, pues se esperan bajaditas en el IBEX un día más, como resultado de esta nueva calificación. A este paso tendrán que inventar otro baremo desde la C (extremadamente vulnerable, con riesgo de impagos) en adelante, para seguir haciendo negocio, porque cuando todos los países, empresas y demás estén en la C, se les acaba el chollo.

 

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