Cuando las barbas de tu vecino veas pelar ….

Ha salido una noticia esta tarde en forma de propuestas adicionales de los hombres de negro para Grecia, que al parecer ha sido confimada por el Ministerio de Finanzas griego.

Las`propuestas empiezan por una semana laboral de seis días en lugar de los cinco convencionales. Además, pide reducir el coste del despido, reducir a once horas el descanso entre turnos de trabajo y reducir a la mitad el plazo que los empresarios tienen para notificar un despido y reducir las cuantías de ciertas indemnizaciones por despido.

Debo decir que no tengo nada contra reducir el coste del despido; estoy acostumbrado, habiendo trabajdo años en EEUU a entender que la indemnización por despido uno la cobra en su salario durante su vida laboral y cuando te despiden, gracias y adiós, como cuando uno deja la empresa voluntariamente. Y si uno desea cobrar una indemnización, que la ahorre durante su vida laboral, poco a poco y así podrá sobrevivir hasta encontrar un trabajo, o irse de vacaciones una temporada o lo que quiera.

Pero lo de imponer la semana laboral de seis días me parece atrozmente injusto para todos.

Yo como empresario trabajo siete días a la semana y los que me conocen saben que no he cogido tres días seguidos de vacaciones desde hace bastantes años. Soy feliz (podría serlo más, claro, pero soy vivencialmente feliz) trabajando e intentando hacerlo bien y lógocamente no podría tener un horaro laboral de 40 horas semanales, es decir, cinco días de ocho horas de lunes a viernes.

Por contra, muchas personas no podrían aguantar este ritmo de dedicación (por otro lado normal para cualquier empresario o autónomo) por lo que vendrían muy irritados al trabajo, se agotarían a las tres semanas y su productividad descendería incluso por debajo de la actual con semanas de cinco días laborales.

Como siempre, incentivaríamos lo contrario de lo que pretendemos, que hubiera sido un aumento de la productividad.

Además, trabajando seis días a la semana caería el consumo (un día menos para ir de compras) y aumentaría el desempleo o la reducción de jornada (los niños van al cole cinco días a la semana, no seis.)

Y si a esto le incorporamos el aspecto político-funcionarial, es decir, tendríamos millones de funcionarios dedicados a la clásica ocupación del «dolce far niente» en ese sexto día, o se repartirían esta ocupación a lo largo de los seis días «de trabajo.» Claro está que nuestros políticos se lo tomarían muy en serio y ese sexto día, ese sábado lo dedicarían a seguir haciendo lo que hacen, política, con mítines y demás, pero habría que pagarles un suplemento de dedicación, otro de intensidad, otro de desplazamiento, otro de dietas para almorzar fuera de casa, otro de ….

Vuelvo al origen del artículo: esto se plantea para Grecia y servirá de referente para el resto de los rescatados o rescatables de la Unión Europea. ¡Oído cocina!

 

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