Cuando el objetivo es recaudar aunque esto deprima el consumo, es claro que no hay dinero para seguir alimentando la locomotora.
El Gobierno asume que es una situación temporal y que poco a poco nos iremos recuperando, pero podemos entrar en una espiral de subidas de impuestos que equivalen a palos en la rueda de la economía nacional.
Tipos impositivos elevados producen evasión fiscal y abandono de negocios. Para evitar la evasión fiscal se aumentan los controles, se impide el libre intercambio de dinero en efectivo, se fiscalizan los pagos con tarjetas de crédito y sólo falta que se autorice a la policía fiscal a entrar en los domicilios a contar el dinero y las joyas que cada uno mantiene en casa u obligar a todos los ciudadanos a completar un formulario semanal de bienes, registrando en él todas las entradas y salidas que ha tenido, incluso los cafés que ha tomado en una cafetería o el cigarrillo que le ha dado a un amigo. Gran Hermano habemus. Es una situación policial de hecho, un Estado que controla todos los flujos e impone restricciones cuando le interesa «por el bien común.» Miedo me da.
Lo absurdo pasa a ser cotidiano con dos decretazos.
Los autónomos ven su retención de IRPF elevada hasta el 21% desde hoy. Es curioso, porque existe una sentencia del Tribunal Supremo del año 2000, sentencia 6626/2000 de la Sala Tercera, en la época en que nuestro ínclito Presidente del Gobierno, Excmo. Sr. D. Mariano Rajoy era Vicepresidente del Gobierno y el ilustre Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Excmo. Sr. D. Cristóbal Montoro lo era también a la sazón, aunque únicamente de Hacienda, que declaraba anticonstitucional y confiscatoria la subida de retención a profesionales al 20% del Gobierno del Excmo. Sr. D. José María Aznar. Supongo que lo que era anticonstitucional en el año 2000 ya no lo es y lo que era confiscatorio pasa a ser lícito aunque nuestra constitución no haya cambiado en este tema, ¡Hay que ver cómo evoluciona la interpretación de los textos constitucionales con el paso del tiempo, en apenas 12 años!
En cualquier caso, poner todo el interés del Estado en la recaudación va a provocar una recesión espectacular y una caída de esta recaudación, como está pasando en Grecia. NO ES LA SOLUCIÓN, AUNQUE PARECE QUE NO HAY OTRO REMEDIO EN ESTE MOMENTO.
Esto es lo grave, que no hay más remedio que jorobar el largo plazo para resolver el corto. Y vaciarle el bolsillo a cada ciudadano para pagar los intereses de la deuda ya asumida y provocar que los de la por asumir no sean inalcanzables aunque el ciudadano se quede sin casa ni trabajo es lo más absurdo que hay.
Nos vamos a convertir en un país de emigrantes, más aún, en un país que vive gracias al turismo y a los emigrantes. Una de las consecuencias de la recesión en España es que a la larga, los precios de los servicios y productos tendrán que bajar porque el consumo se retrae tanto que no compensa subir los precios cuando se vende menos porque no se saca nada. Con precios competitivos, los extranjeros vendrán más y consumirán más y estimularán la economía directamente.
En mi opinión, tendríamos inmediatamente que implantar una medida de reducción de MANOS MUERTAS, en este caso de funcionarios y políticos de vía estrecha. Eliminemos el 50% de los cargos políticos paulatinamente, pero con una agenda formal. Además, si se reducen los servicios de la Administración, también sobran muchísimos funcionarios, que podrían ser muy útiles en países latinoamericanos para ayudar con sus procesos de construcción y consolidación de sus Administraciones o siendo emprendedores.
Enseñemos inglés y alemán en los colegios, por encima de otras aventuras regionalistas totalmente improductivas. Necesitamos jóvenes competentes, abiertos a otras experiencias, que salgan a los mercados laborales internacionales.
En fin, hay que cultivar la ilusión, a pesar de la clase gobernante que nos ha tocado (hemos elegido) tener. Pero a veces no es sencillo.
